Durante la primera semana de febrero, gran parte del norte peninsular ha sido víctima de los efectos de un fuerte temporal de frío y nieve que ha afectado principalmente a los medios de transporte. La tónica durante estos días ha sido encontrarse con carreteras cortadas, puertos de montaña cerrados y obligación de circular con cadenas en muchas vías. Hacía años que no éramos testigos de unas nevadas tan fuertes; incluso el ejército ha tenido que socorrer a pueblos que han quedado aislados durante varios días.
Cuando las condiciones son tan adversas, sabemos que algunos medios de transporte son más seguros que otros. Sin ir más lejos, el tren suele sufrir con menor intensidad las inclemencias meteorológicas, pero no es completamente inmune a sus efectos, como, por desgracia, hemos podido comprobar.
Líneas de tren cortadas
Durante este fuerte temporal, se han producido numerosos retrasos en las líneas de tren, especialmente en el norte del país; los usuarios de las líneas de alta velocidad tampoco se han librado de los incumplimientos de horarios, ya que, para prevenir accidentes provocados por la nieve y el hielo, los trenes se han visto obligados a circular a menor velocidad de la habitual.
Pero también hemos podido ver líneas cortadas por el mal tiempo; por ejemplo, el tráfico ferroviario entre Asturias y León ha estado suspendido durante cinco días, debido a las fuertes nevadas. En esta vía se han llegado a acumular hasta 100 cm de nieve, lo cual hacía imposible la circulación. También ha estado cerrada durante varios días –en este caso dos– la línea de tren que una las provincias de Cantabria y Palencia.
Adif suspende el tráfico ferroviario tanto para trenes de viajeros como de mercancías entre León y Asturias debido al temporal. Fuente: EFE.
¿Cómo se preparan las infraestructuras ferroviarias ante el mal tiempo?
Esto nos hace preguntarnos cuáles son las medidas de prevención que se toman para que el mal tiempo afecte lo menos posible los desplazamientos en tren en nuestro país. Adif, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, es la entidad encargada del mantenimiento de las líneas férreas y, por tanto, de evitar en la medida de lo posible retrasos y cortes ante las inclemencias invernales.
Desde el 15 de noviembre hasta el 1 de marzo Adif pone en marcha su Plan Director de Medidas Invernales, que se encarga de mantener en perfectas condiciones para el tráfico de personas y mercancías más de 15.000 kilómetros de vías férreas, tanto de ancho convencional, como de ancho estándar europeo y de ancho métrico. Para estas labores, dispone de 14 locomotoras de tracción diésel, a las que se pueden acoplar cuñas quitanieves, que son las que se encargan de dejar las vías limpias para el tránsito. Además, todas las estaciones cuentan con personal fijo que se encarga del mantenimiento de los desvíos, ya que el hielo podría bloquear los cambios de agujas.
Adif, a través de su Centro de Gestión de Red H24, coordina a todos los actores implicados en el mantenimiento de las líneas y gestión del tráfico para intentar asegurar la calidad en el servicio frente a la meteorología adversa. Para ello, ante las alertas facilitadas por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) sobre riesgo de lluvia, viento, nieve o frío, Adif comunica esta circunstancia a todos los implicados para, así, activar el protocolo de medidas preventivas.
¿Y en otros países?
A veces tendemos a pensar que en países más acostumbrados al frío extremo este tipo de cortes en la circulación ferroviaria no son frecuentes, pero no es así. A pesar de que están equipados con infraestructuras mejor preparadas para el frío y de que cuentan con un mayor número de máquinas quitanieves, las grandes nevadas pueden paralizar hasta a una de las ciudades más pobladas del mundo: nada más y nada menos que Nueva York se vio obligada a paralizar sus líneas de tren y metro a principios de febrero, ante la llegada de un frente frío que inutilizó parte del sistema que proporciona energía a los trenes.
Más cerca de nosotros, hace ya unos años, fue sonada la avería masiva de cuatro trenes de Eurostar, que cubrían la línea París-Londres, y que quedaron parados en el túnel del Canal de la Mancha; como consecuencia más de 2.000 personas tuvieron que pasar la noche atrapados en el túnel. Al parecer, los trenes dejaron de funcionar por el brusco cambio entre las temperaturas bajo cero del exterior y las más cálidas del interior del túnel.
Afortunadamente, no es habitual en nuestra geografía que las líneas de tren se vean tan afectadas por el mal tiempo y, durante la mayor parte del invierno, podemos disfrutar del servicio ferroviario con total normalidad y sin incidencias que resaltar.