Existen múltiples razones por las que aplicar la gestión de calidad en una empresa. En Industri la aplicamos, por encima de todo, porque solo así podemos garantizar la satisfacción de nuestros clientes ofreciendo e instalando el mejor equipamiento para trenes, autocares y otros vehículos.
La gestión de calidad es un concepto originado en los años 50 pero que no comenzó a tener una amplia implantación hasta los 80. Hoy es toda una filosofía de empresa que responde a la complejidad del mercado y permite alinearse con las expectativas del cliente, al igual que ocurre con la diversificación. Hasta el punto de que la calidad en los procesos de producción e instalación se ha convertido en algo primordial para la supervivencia de las empresas.
¿En qué consiste la gestión de la calidad?
El objetivo principal de un plan de gestión de calidad es evitar los defectos en el producto final mediante la depuración de los procesos de producción. El Departamento de Calidad es de vital importancia en esto, en tanto que asegura la calidad final del producto instalado mediante técnicas como el control estadístico de procesos (SPC).
La gestión de calidad no es una moda ni una campaña de marketing. Es una filosofía cuyo objetivo es el mejoramiento continuo e integra lo siguiente:
- Orientación al cliente: Todos esfuerzo debe concentrarse en satisfacer las necesidades de los clientes, consiguiendo los mejores estándares de productos al coste más ajustado.
- Liderazgo que debe imponer un estilo de gestión de calidad y transmitirlo al resto de la organización.
- Trabajo en equipo con un enfoque que promueva el aporte de cada integrante de la organización.
- Capacitación continua.
- Mejora de los sistemas para eliminar las causas de los problemas.
- Uso del método científico con decisiones basadas en datos y métodos de análisis adecuados.
Normas de calidad en una empresa
Hay que recalcar que, aunque la calidad se refleja en el producto final, debe aplicarse en las diferentes fases de la fabricación. Para ello, las empresas pueden hacer uso de estas dos normas:
ISO 9000: Es una norma compuesta de un conjunto de directrices que una compañía debe acometer voluntariamente durante el proceso de fabricación. Se puede decir que es una norma que define la calidad dentro de la empresa.
ISO 9001. Derivada de la anterior, a través de esta norma una empresa puede demostrar su capacidad para producir productos que, adecuándose a la legislación vigente, satisfagan con éxito las necesidades del cliente.
Motivos para implantar la gestión de calidad
Por último, las razones por las que es conveniente apostar por la calidad en una organización hablan por sí solas:
Productividad: Una gestión de calidad supone maximizar los beneficios al eliminar gastos por retrasos y pérdidas de producto inválido.
Comercial: Mejora la reputación e imagen de marca y establece una relación de confianza con el cliente a largo plazo, aumentando la cuota de mercado.
Técnica: Una buena calidad mejora las prestaciones técnicas de los productos y la eficiencia de los procesos, asegurando mejores condiciones para la competencia.
Reputación: Mejora las relaciones que la empresa mantiene con otras empresas, administraciones públicas o proveedores.