En la ciudad de Valladolid se está construyendo el que será el mayor taller ferroviario de Europa. Las nuevas instalaciones, que conformarán la Base de Mantenimiento Integral de Renfe, tendrán capacidad de recibir trenes convencionales, de alta velocidad y de ancho europeo para su mantenimiento y reparación.
Este taller, que se ubica en el páramo de San Isidro de la capital vallisoletana, viene a sustituir al que se encuentra junto a la estación de tren de Campo Grande, en pleno casco urbano, y forma parte de un plan de integración urbana del ferrocarril que también contempla el soterramiento de las vías a su paso por la ciudad.
Obra de los nuevos talleres. Fuente: UrbanValladolid
Se espera que el nuevo taller esté plenamente operativo en el mes de septiembre y ya en el mes de marzo han comenzado las operaciones de traslado de maquinaria, operarios y líneas de trabajo a las nuevas instalaciones. Durante este período, ambos talleres estarán en funcionamiento, hasta que se traslade toda la carta de trabajo a las nuevas dependencias.
Fuerte inversión
El proyecto ha recibido una inversión de 142,5 millones de euros, de los cuales 87,5 han sido aportados por la sociedad Valladolid Alta Velocidad; este elevado coste está justificado por el tamaño del complejo –el mayor de Europa– y el completo equipamiento del que estará provisto. Además, el tendrá capacidad para albergar hasta a 500 trabajadores por turno.
El taller ferroviario agrupará en la zona este de la ciudad las dependencias industriales de Renfe y Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias). En concreto, tendrá una extensión de 78 hectáreas, ocupadas por dependencias de Renfe –18 hectáreas–, Adif –34 hectáreas– y Redalsa –17 hectáreas–; el resto se destinará a zonas de uso común y servicios compartidos. La nave principal tendrá un tamaño de 77.000 metros cuadrados, con una longitud de 420 metros, lo que le permitirá albergar hasta 35 vías.
Los talleres de Campo Grande serán demolidos y el suelo liberado se venderá de forma progresiva. Su venta, de hecho, será una de las fuentes de financiación del soterramiento de las vías que pasan por Valladolid. La nueva nave hará posible que se mantenga, e incluso se amplíe, la actual plantilla de los talleres, compuesta por 470 empleados de Renfe y otros 200 de empresas auxiliares.
Varias líneas de trabajo
El nuevo complejo se hará cargo de diferentes líneas de trabajo, como pueden ser el tratamiento de los bogies –carros en los que van apoyados los vagones– de todo el país, la pintura de puertas, la fabricación de convoyes… En la parte exterior habrá una zona que acogerá el foso de tornear las ruedas de los trenes, así como la unidad de peritación, soplado y lavado, donde se desmontarán los vehículos para así poder trasladar sus chasis a la zona de reparación correspondiente. Se dispondrá, así mismo, de una nave para la pintura de las unidades y de una línea de pruebas finales.
La zona de reparaciones está equipada con grúas y gatos elevadores de hasta 25 toneladas. En la parte de servicios auxiliares se realizarán tareas de tapizado, instalación de equipamiento electrónico, aparatos de vídeo y de aire acondicionado… También cuenta el complejo con un túnel de lavado de 200 metros de longitud.
Estas instalaciones se completan con la zona de vestuario, comedor, oficinas y área de formación. El colofón de los talleres es una estación de multitensión, destinada a suministrar de energía a todo el complejo.
El complejo está conectado a la red ferroviaria a través de un ramal de tres carriles enlazados con la línea Madrid-Hendaya, por el norte de la ciudad. Estos tres carriles se transformarán en cuatro a su llegada a los talleres y están preparados para ser utilizados por trenes de ancho ibérico (1.668 milímetros) y europeo (1.435 milímetros).
Futuro de los antiguos talleres
Los talleres de Campo Grande se construyeron a mediados del siglo XIX y, gracias a la formación que se proporcionaba a sus trabajadores, fueron un revulsivo para la instalación en la ciudad de otras industrias. Estos talleres no serán demolidos en su totalidad, sino que varias naves han sido declaradas protegidas por su valor histórico y arquitectónico; estas serán restauradas y adaptadas a usos públicos. El resto de los terrenos están destinados a la construcción de vivienda libre y protegida, así como a parcelas de espacios verdes.