La era digital en la que nos encontramos ha revolucionado desde los sistemas de producción de las grandes empresas hasta la vida cotidiana de la población. El trabajo humano de las cadenas de producción ha sido sustituido por robots automáticos y cada vez son más los hogares que disponen de electrodomésticos y sistemas domotizados.
La industria del ferrocarril metropolitano ha sabido tomar nota de esta innovación tecnológica y las líneas de metro han comenzado su automatización. Así, a finales de 2017 se espera que en China se presente la primera línea subterránea totalmente automatizada, sin necesidad de contar con empleados de mantenimiento ni de limpieza.
El proyecto, en fase de pruebas, comenzó su andadura en el año 2010 y se pretende que en el año 2020 la distancia total de transporte público totalmente automático alcance los 300 kilómetros de longitud.
La tecnología que permite el funcionamiento automático, Sirius CBTC, la ha desarrollado la factoría alemana Siemens. En caso de una eventual incidencia, el convoy es capaz de continuar operativo gracias a un sistema de “códigos de velocidad” que mantienen el movimiento automático de forma segura.
A día de hoy son varios los metropolitanos semiautomáticos, como el de Bilbao o Barcelona, aunque o bien cuentan con conductores que supervisan el funcionamiento del convoy o las empresas tienen contratados empleados de mantenimiento y limpieza para los vagones. En las líneas completamente automáticas todas las acciones se controlan desde el exterior, desde una sala de control.
Seguridad y ahorro: piezas clave
La seguridad que aporta un maquinista dentro de su cabina es uno de los principales argumentos que aportan las empresas de transporte para mantener personal dentro de las líneas automáticas. Con los nuevos sistemas automáticos, a decir de sus defensores, la seguridad se garantiza en todo momento de manera que se reduce a cero el posible error humano.
Además, desde la sala de control se recogen todas las acciones que el convoy realiza, por lo que además de evitar futuros fallos técnicos, los operarios disponen de la información en todo momento de cualquiera de los trenes.
Los nuevos sistemas automáticos permiten gestionar mejor los recursos de cada línea suburbana, ya que localizan en tiempo real todos los convoyes y administran de mejor manera los tiempos en las estaciones, optimizando con ello la capacidad de las líneas.
Europa quiere esta tecnología para sus trenes
Una vez en el exterior, y lejos de los oscuros túneles de las redes de comunicación urbanas, la administración europea está tratando de importar esta tecnología para sus trenes y crear así un único sistema automático para todas las comunicaciones ferroviarias de la Unión Europea.
El Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario (por sus siglas ERTMS en inglés), busca no solo lograr un único estándar para los países europeos, sino que se trata de un proyecto que pretende traspasar las fronteras del viejo continente y transformar las comunicaciones.
La primera implantación de este estándar europeo se dio en 2006 en Italia, en la línea de alta velocidad Roma-Nápoles. Por su parte, en las líneas del AVE en España, ADIF ha implantado esta tecnología este mismo año tras una década de pruebas. El otro país europeo que cuenta con esta tecnología que permite la automatización es Suiza, en el trayecto de alta velocidad Berna-Zürich.
Esta tecnología que hace unos pocos años parecía de ciencia ficción se está comenzando a implantar lenta, pero de forma progresiva hasta que, dentro de unos años, sea una realidad en sistemas de transporte de todo el mundo. A buen seguro, clientes de Industri como CAF y Talgo estarán presentes en muchos de esos proyectos.